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“Hondura”



Volví a mí y sucedió la magia, herida por la luz que penetraba en mí, único destino posible.


Y sin darme cuenta, fue como un dejar partir, un recomenzar, un amanecer, una esperanza de libertad.


Desde la imprimatura de este cuadro fue sentir mi piel y el alma encresparse; la angustia del amor, dulce eternidad en cuyo fondo supervive y llora.


Una vida de vida de un agonizante y comencé a añorar de lejos a morir un poco y a renacer de nuevo.


Volví a mí y pude verme las costillas, los dolores y mi alma deshidratada, pidiendo agua.


Pero, yo decido dónde, cómo, yo tengo las llaves de las puertas que quiero abrir.


Yo decido, qué quiero, que merezco...


Acá, adentro están todas las respuestas.


¡Acá adentro! ¡la vida hay que saberla vivirla eternamente enamorada!


En cada abrazo en cada sonrisa hay que seguir entregando el alma, que de eso se trata la vida, de irnos transformando, de irnos superando.

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